Durante décadas, la contabilidad fue vista como un mal necesario: un costo que se paga para cumplir con el Estado.
Pero esa visión está quedando obsoleta.
En la era digital, la contabilidad puede transformarse en la ventaja competitiva más poderosa de una empresa.
Hoy, la integración entre bancos, facturación electrónica, inteligencia artificial y automatización permite que los registros contables se conviertan en inteligencia viva.
Una contabilidad moderna no se limita a mostrar lo que pasó, sino que explica por qué pasó y anticipa lo que podría ocurrir.
Cuando los empresarios pueden acceder a flujos, márgenes y proyecciones en tiempo real, la contabilidad deja de ser burocracia y se convierte en visión.