¿De qué viven los políticos cuando no están gobernando? Mientras la mayoría de las personas se esfuerzan día a día, trabajando honestamente para mantener a sus familias y contribuyendo a la sociedad con el pago de sus impuestos, los políticos parecen navegar en un mar de beneficios y privilegios interminables. Es desconcertante pensar que la política, una actividad que debería ser una vocación de servicio público, se ha convertido en un negocio lucrativo. Su labor principal parece ser más bien la de cautelar el poder que la de promover el bienestar de todos, especialmente de los más vulnerables.
Un sistema nebuloso
La política ha dejado de ser un servicio y se ha transformado en una trampa que atrapa a quienes la practican. Los partidos políticos necesitan mantenerse activos, y aquellos que han alcanzado el poder descubren que, una vez dentro, pueden sobrevivir y prosperar sin el riesgo de desaparecer. Esta permanencia en las estructuras de poder, en lugar de ser un medio para el bien común, se convierte en una red de intereses que perpetúa la corrupción.
Financiamiento escandaloso
Recientemente, nos enteramos del escandaloso caso de la abogada Cubillos, quien recibe 17 millones mensuales por inactividad. Este caso resalta cómo el sistema político se alimenta a sí mismo. Universidades como la San Sebastián y la Universidad de Chile no son solo instituciones educativas; se han transformado en feudos donde se financian lealtades y favores políticos, distorsionando su misión original y contribuyendo al deterioro del bien público. En la política, hay demasiadas figuras como Cubillos.
La Captura del Estado
Este sistema ha llevado a una política que traiciona su propósito esencial, como establecer orden y Justicia y fomentar el crecimiento económico, social y cultural de la sociedad. La promesa de servir a la comunidad se convierte solo en una fachada, mientras los políticos se aferran al poder y a los recursos del Estado. Con un presupuesto estatal que se desvía y depreda los escasos recursos hacia intereses particulares, las necesidades básicas de la población: seguridad, salud, educación, quedan relegadas. La falta de un contralor de la República que vigile y controle el destino de recursos del Estado y la corrupción desatada en las municipalidades convierten los recursos del Estado en un botín para unos pocos (muchos) políticos corruptos.
2 comments on “El problema de fondo: La política como negocio”
La peor consecuencia de todo de lo que se está haciendo público, porque esa es la verdad…sólo se está haciendo público lo que por muchas décadas ha sido un gran negocio a escondidas, es que una buena parte de la población ve que es mejor vivir aprovechándose de los demás en vez que ganar el sustento con esfuerzo. Vamos dando espacio y legitimando la cultura de la delincuencia organizada, con o sin corbata, que encuentra en los políticos, y en las autoridades de todos los poderes, unos “buenos clientes” para cohechar y lograr que no cumplan los deberes de sus cargos y, por el contrario, cumplan con las irregularidades por las que reciben dinero sucio. En esta realidad también se comprueba que los recursos los toma el que está mejor posicionado por razones muy alejadas de la expertis y no le llegan al que los merece ni menos al que los necesita.
Estoy muy de acuerdo con el Sr., Valenzuela, esta cueva de Ali Baba que es el Congreso, que Honorable, como también sus integrantes, estos seres, deben entender que se les elige para TRABAJAR honestamente en beneficio del país y sus habitantes y que es lo que hacen, sino, solo en su beneficio propio, se debe hacer cambios para que estos seres no se adueñen de lo que pertenece a todos los Chilenos y extranjeros honestos que vienen a Chile a entregar aportes a país que los acoge. Debe haber cambios fundamentales y sancionar fuertemente a quienes actúen dolosamente o que usen triquiñuelas dolosas para conseguir en forma deshonesta privilegios vergonzosos como los conocidos recientemente. Hasta mi querido país va a permitir esto. Hay que pararlo YA.