En Chile, cada año más de 180.000 personas inician un emprendimiento.
El entusiasmo está presente. Las ganas también.
Pero hay una cifra que no se publica en los titulares:
El 75% de los emprendimientos no logra consolidarse luego de 3 años.
Más de la mitad ni siquiera supera el segundo año.
La mayoría muere en silencio, en el llamado “Valle de la Muerte”.
Y no es por falta de talento.
Es por falta de preparación.
📌 ¿Por qué fracasan los emprendedores?
Porque nos han hecho creer que emprender es sinónimo de formalizar.
Que tener un RUT, una factura o una página en redes es suficiente.
Pero la verdad es otra.
Emprender no es formalizar en un día. Emprender es aprender.
Es creer en lo que haces.
Es saber para qué lo haces.
Es administrar, medir, controlar.
Es atreverte a transformar un sueño en un proyecto real, viable y útil para otros.
📌 Antes de avanzar, detente un momento. Evalúate. Evalúa tu emprendimiento.
En países como Chile, solo 2 de cada 10 emprendimientos sobrevive con estabilidad a los 5 años.
La mayoría termina endeudado, frustrado o agotado.
¿Por qué? Porque no se hizo una pregunta clave al inicio:
¿Estoy realmente preparado para esto?